Como ya os dijimos hace unos meses, en nuestra sección Cuéntanos Quién Ha Cantado estamos deseosos de recibir vuestras críticas de discos, vuestras crónicas de conciertos o cualquier comentario que queráis hacernos para publicarlo en nuestra web.
En esta ocasión Ángel Callejón (Madrid) nos ha enviado una fantabulosa crítica del último disco de Muse, The 2nd Law. Gracias a Ángel y enhorabuena por este gran texto que se ha currado. !Esperamos que muchos más os animéis a escribirnos!
Destripando "The 2nd Law" de Muse
Septiembre nos trae el sucesor de The Resistance, The 2nd Law, el
sexto álbum de estudio de la banda Muse. Quizá este disco sea el que tenga una
evolución más marcada en la historia de la banda, aunque no por ello mejor. The
2nd Law nos remonta a grandes artistas clásicos como Queen, Michael Jackson
o David Bowie sumándose a los géneros electrónicos más actuales como el dubstep y el synth pop y al rock sinfónico
al que ya nos tienen acostumbrados. Este es precisamente el
aspecto del álbum que ha disgregado más a sus fans: O lo amas, o lo odias.
Esta vez el escenario es el mundo real, plagando de sistemas politico-económicos
insostenibles, sobresaturado de información y atacado por el veloz desgaste de
los recursos; asuntos de rabiosa actualidad.
El disco abre con Supremacy, toda una declaración de
intenciones: Muse está aquí, dispuesto a arrasar con todo lo que se ponga al
paso. Tambores de guerra y revolución, grandiosidad en estado puro que nos
remonta necesariamente a Apocalipse
Please y Uprising, pero con unas
ganas sádicas de sangre.
Le seguirá el primer single del album, Madness. A partir de aquí,
empezaremos ya a introducirnos tímidamente en esa línea electrónica de la que
hablábamos. Madness además, vendrá acompañado de videoclip, que va a ser
una buena guía visual del sentimiento que nos genera: Madness es la flor
en las espinas, la felicidad contenida, la calma en la tempestad; y este sentimiento
va en aumento a medida que avanzan los 4:39 minutos de canción. En mi opinión,
y discrepando con la crítica general, no necesita explotar más allá de lo que
lo hace. ¿Quién no ha sentido alguna vez ese tipo de felicidad que no quieres
exteriorizar gritando a los cuatro vientos? Bellamy y los suyos admitieron en
NME que se dejaron influenciar por la canción I want to break free (archiconocido himno de la Queen) y el álbum Scary Monsters (and Super Creeps) y de
Bowie en general. La esencia es la misma, pero al contrario que en estos, no rompe
el cascarón, sino que se concentra en sí mismo.
Le sigue el plato fuerte,
de mejor o de peor gusto para el público: Panic Station. No necesitamos
escuchar el tema más de 5 segundos para que rebote en nuestra cabeza una
palabra: Queen. Efectivamente, si en Madness
no hemos encontrado una prueba de que “los nuevos Queen” están aquí, lo será Panic Station. En mi opinión este es el
corte más innovador del álbum, como ya lo fue en su día Undisclosed Desires
o Hyper-Music. Puede ser una copia de Another One Bites the Dust o incluso del Thriller de Jackson, pero seamos realistas: El tema funciona.
Encontramos un despliegue vocal muy desenfadado de Bellamy y un estribillo en falsete
junto a un bajo machacón que logra irremediablemente que bailemos como locos a
pesar de que “es un plagio, lo sabemos”… y nos encanta.
Le sigue el tema(zo)
oficial de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, Survival. Es quizá el corte más Muse
del disco. Un ritmo en trepidante ascenso, un despliegue sinfónico sin
precedentes y cierto recreo en sí mismo de Bellamy, pero a mi juicio
insuficiente. Así como en Unnatural
Selection o Butterflies and
Hurricanes sí estaba bien logrado, aquí no tanto. Justamente, el tema
cristaliza la esencia de los álbumes que contienen estas dos canciones, The Resistance y Absolution respectivamente: Grandiosidad + Apocalipsis desde el
preludio. Si esta canción no les hace levantarse de sus asientos, son ustedes
de piedra.
El siguiente corte va
camino de ser single, Follow me, tema
que Matt escribe dedicándolo a su hijo. Aquí volvemos a retomar los elementos
electrónicos que ya habían tomado con éxito en Take a Bow del Black Holes
& Revelations, pero con un nuevo capricho: el dubstep que se deja ver en los estribillos. Pegajoso, popero e insuficiente. Lo que tememos: lo que para otra
banda sería una obra maestra, en Muse se queda en una canción de relleno. Habrá
que esperar a los remixes.
Aquí viene la joya de la
corona. Si hay una canción en The 2nd Law
que haga más honor a la carrera de la banda, esta es Animals. Encontramos los Muse primerizos, los serios y
apocalípticos, los brillantes y los sinfónicos en una misma canción. Un sample
que se repite sin aburrirnos (como ya ocurría en Sunburn), una línea de bajo que nos emociona…se nos hace corto.
La octava pista es Explorers.
Cuando la empezamos a escuchar parece que se va arrancar a cantar Don’t stop me now de un momento a otro,
pero luego se torna con otro carácter. No necesitamos pensar demasiado para que
la instrumentación nos suene familiar. Pretende ser el Invencible del álbum, pero se queda en poco más que un “momento
mechero” en el concierto en el que nadie se sabe la letra de la canción, como
hicimos en su gira anterior con Neutron
Star Collision (Live is forever). Lo mismo ocurre con Big Freeze, pero en este caso, nos permitiremos el lujo de saltar a
la vez que sacudimos los brazos como posesos.
En ese momento, la cosa cambia: es el turno de Chris. Save me y Liquid State se convierten en un pack dentro del The 2nd Law; esto sí que no es Muse. La primera de ellas nos recuerda
un poco a Unintented, pero menos
sobria. Podría ser este el fallo de la canción: la producción. En mi opinión,
deberían haber tirado por líneas más acústicas y sin duda, descartar por
completo el autotune. La segunda de
ellas es más cañera y bastante bien conseguida. Digerimos esta diada porque nos
hemos preparado para ello: es la primera incursión de Chris como cantante y
vamos a darle una oportunidad. No estaría mal para Linkin Park, pero Muse tiene
el listón muy alto. No obstante, es una primera toma de contacto óptima que nos
hace imaginar una vida después del grupo. Es un punto a favor del grupo más que
una contrariedad.
Tras el medley de Chris sucede el pack The 2nd Law compuesto de dos temas: Unsusteinable e Isolated System. Al igual que lo hizo Exogenesis en The Resistance (y muy acertadamente), este pack pretende ser el sello que reúna el leitmotive del álbum. Efectivamente, recoge todo aquello que habían anunciado previamente (electrónica, dubstep, rock sinfónico…) pero en el resto del álbum queda tan difuso que no hay apenas rastro de lo que dijeron que traerían y que incluso, llegó a causar cierta expectación entre los seguidores del dub y sedujo en secreto a los fans más acérrimos de la banda. Unsusteinable fue lanzado como tráiler del disco (Puedes verlo en el vídeo que adjuntamos a continuación). A mi gusto, una de las mejores piezas del disco en cuanto a innovación sin abandonar por completo que quien suena es Muse, pero la irrupción se queda descafeinada después de escuchar a Skrillex, del que la propia banda reconoció influencias. Quizá esta declaración llame la atención del aclamado productor para remixear el tema. Tenedlo claro: Sería un temazo que pasaría a la posteridad de ambos artistas. Diferenciamos dos partes en el tema: Parte sinfónica y parte dubstep. Necesitamos más cambios. Isolated System es la encargada de cerrar el álbum. Un buen cierre, pero después del buen sabor que se nos queda tras su pista predecesora, se esperaba “otra de lo mismo”…pero la realidad es muy diferente: esto se acaba aquí. Nos dejan colgados.
Volviendo a líneas generales, debemos decir que es un buen disco,
incluso más fácilmente digerible que su predecesor, pero sus puntos bajos son
bastante bajos y las acusaciones de plagio demasiado bien argumentadas. Para
mí, los errores son claros: De la banda, que no debieron darle tanto bombo a lo
del dubstep a la hora de publicitarse
o bien, debieron hacerla mucho más patente (de lo cual, los seguidores de
música electrónica hubiéramos tenido muchas ganas). De los críticos, por
titularles “los nuevos Queen” siendo las comparaciones odiosas. La audiencia
está impaciente para saber cuál será el próximo plagio de Muse a la mejor banda
de la historia hasta el momento; se nos olvida que es una banda inimitable en
la línea que marca Queen, línea que hasta este álbum había sido paralela a la
de Muse. Los homenajes entre dos bandas con características tan parecidas nos
suenan inevitablemente a plagio. Por último, el error del espectador será
esperar escuchar lo de siempre: no habrá nada que hayamos oído antes, tanto
para bien como para mal.
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