Frase de grupo


¨Sin música la vida sería un error.¨(Nietzsche)


31 de octubre de 2012

Marlango, una noche extraordinaria.



Hacía dos años que no tocaban en un teatro de la capital, y este, en especial, tiene una acústica muy pero que muy buena y un ambiente acogedor a más no poder. El pasado jueves, Alejandro Pelayo, Toni Brunet, Oscar Ybarra y Leonor Watling llenaban el Teatro Lara de Madrid.

¿Impecable, íntimo y sensual? Podríamos definirlo con mil y un adjetivos, pero si nos quedamos con alguno, sin duda, fue un directo de lo más autentico. Abrieron con You won´t have me de su anteúltimo disco Life in the treehouse, y continuaron combinando temas antiguos con todos los de su nuevo trabajo Un día extraordinario, su primer álbum en castellano. Todas las canciones sintetizadas a un sonido más virgen y natural, sin adorno excesivo. Y quizá, a un tempo más sosegado del que estamos acostumbrados a escuchar en sus discos. De este modo, nos demostraron una vez más, que da igual como lo hagan, la banda funciona, y por eso, pueden jugar a traducir cada directo como quieran. Destaco en especial el ambiente que generaban, cercano y sencillo, y temas como el delicado Pequeño vals con un sonido más limpio y puro que nunca, o un agresivo e hiperirónico Si yo fuera otraSe nota tanto que Leonor es actriz… caracterizaba cada una de las canciones y parecía que nos las cantaba uno a uno, mirándonos a los ojos, de tal manera, que incluso llegaba a intimidar, muy divertida. Versionaron El sitio de mi recreo de Antonio Vega, toda una apuesta para ellos, o Semilla negra de Radio futura, que sonó tan bien... fue una mezcla entre fúnebre y desoladora, con un toque sureño que disminuía la pena. También reventaron The answer (tema que interpretan con Rufus Wainwright), impecable. Hicieron un pequeño amago de irse con Dance, dance, dance pero terminaron cayendo muchas otras, como el clásico It's all right,  o Lo que sueñas vuela (cuyo intro es muy similar al de Bob Esponja) y cerraron con Save the moon, acompañado de mucha garra, mucha trompeta y unas palabras de Ale, metiendo caña política.

Hacía mucho tiempo que no salía ni tan llena, ni tan contenta de un concierto… Fue genial, y durante un par de horas parecía que a todos se nos había olvidado la que estaba cayendo fuera.


1 comentario:

  1. Gracias por esta cronica...Me hubiera encantado estar...nunca he salido de un concierto de Marlango sin esa sensacion de la que hablas...es una sensacion magica..

    Mar

    ResponderEliminar