Con estas palabras Martí Perernau daba por comenzado el jueves pasado el debut en la capital de Mucho. Y después de poder dejarme fascinar con su rock tengo claro que es una banda que va a dar Mucho de qué hablar.
Después de quitarte de encima decentemente un examen de esos que te ponen los pelos de punta al ver el temario la tarde se presentaba de lo más atractiva, y oye que exámenes quedan y más difíciles, pero esa sería mi tarde libre. Por ello decidí dejarme caer por la Gran Vía madrileña una hora antes de la apertura de puertas, siempre viene bien ver un poco de novedades musicales en la Fnac de Callao y si encima te encuentras con grupos musicales, qué digo, amigos que les gusta tocar en la calle animando a los viandantes es un lujazo, y el que tuve el gusto de presenciar aquella tarde en Preciados me dejó con una sonrisa de oreja a oreja. Con canciones conocidas por muchos turistas y habitantes de la ciudad, tales como los clásicos de The Beatles Please Mr. Postman o Twist and Shout u otras que han sido radiadas por el mainstream más actual, se ganaron a la gente, les hicieron bailar, corear, dar palmas e incluso pedir bises, ¿qué político pensaba multar a todo aquel que se atreviese a tocar o hacer música en la calle? Replantéatelo amigo, están encendiendo a tus ciudadanos y dan vida a tus calles. Tras verles unos cinco o seis temas marcho a la Sala Sol donde me esperaba Carlitos, colega de toda la vida, y compañero musical de Cascos, mi compañero de blog. Apenas había gente a esas horas en la cola, mi afán de la primera fila me hace ir pronto a las salas, y si a eso le sumas que nuestros nombres estaban en listas cortesía de Mondosonoro, teníamos asegurado no tener a nadie delante. Entre el público se respiraba algo mágico, era un concierto ansiado para muchos de nosotros, también se podían ver caras conocidas, integrantes de grupos como Miss Caffeina, Supersubmarina, ex miembros de The Sunday Drivers e incluso al gran Alex Ferreira, al que profeso gran admiración. Y pasadas las once salieron al escenario a ofrecer una hora de energía hecha música. El grupo formado por Martí Perernau, Miguel de Lucas, Fausto Pérez y Carlos Pinto dieron comienzo con el ya conocido tema Si quieres, no de este album debut producido por el gran talento de Ricky Falkner (aquí mi lado de aspirante a productor es el que confiesa ser incondicional de este profesional de la música). Martí al frente, compaginando guitarras con teclados y sintes, no dejó a nadie quieto en la sala, aunque no lo pretendieras acababas bailando al ritmo de los once temas que componen el disco. Y como ellos mismo dijeron entre risas no iban a tocar más pues el disco no tenía más canciones que esas once, aún así nos regalaron una versión del Everybody knows this is nowhere de Neil Young.
Una gran noche en una mítica sala de la capital, y tras una semana de duro estudio, el cuerpo te pide una buena dosis de música y un concierto como este. Son Mucho, y prometen.
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