Foto de Albert Vaquero |
Lo he visto con mis propios ojos:
el hijo pródigo ha vuelto de Buenos Aires y, del mismo modo, nos ha llevado de viaje por todos los sonidos
del Atlántico. Xoel López está de vuelta en los escenarios de nuestro país, después
de tres años de aventuras por toda América tomadas como un descanso de su
anterior etapa como Deluxe, y sí, es cierto que el cambio se puede apreciar, pero
el hecho que Xoel ha evolucionado es
incuestionable.
Ayer día 13 de mayo, como cada año con motivo de las fiestas de
San Isidro, patrón de Madrid, tuvo lugar el festival Universimad. En esta
edición los cabezas de cartel y principales atractivos eran Xoel López, Nacho
Vegas y Corizonas; me centraré en el primero, pero me gustaría recomendaros a
la banda que tocó antes que el gallego: Smile. Grupo de Getxo con aires muy surfin rock and roll que se ganaron al
público desde el primer momento con buenas canciones y me dejaron con la
sensación de haber dado con una gran banda a la que estar atento en un futuro.
Pues bien, Hombre de ninguna parte,
ese Nowhere man propio de Xoel López,
abrió un concierto donde el tiempo voló y nos transportó a la otra orilla del
mar, experimentamos nuevos ritmos y maldijimos que no se tratase más que de un
concierto dentro de un festival, pues muchas más canciones quisieron ser oídas,
pero en estos eventos el tiempo es crucial. Una banda que, contrastada con la
que Xoel compartía escenarios en su etapa Deluxe, incorpora unas excelentes
percusiones y una acústica mayor, dejando el toque eléctrico al maestro Juan de
Dios (bendita figura de nuestra música, cuánto te debemos). El grueso del
repertorio se centró en su reciente disco, Atlántico, pues esta fecha fue la
primera presentación con banda del mismo, no faltaron La gran montaña, Caballero
o la plegaria Por el viejo barrio,
magnífica. Como regalo a los fieles, Xoel López incluyó en el set Los días fríos, canción de
Reconstrucción (2008), su último disco como Deluxe y quizá el más cercano a la
estética actual, que fue muy bien recibida, reconocida desde el primer momento
y coreada de principio a fin. Xoel López, una fiera en el escenario, la actitud
rock no la pierde, la lleva a otro terreno a la perfección y nos lo mostró con
canciones como Desafinando amor o El
asaltante de estaciones, ¿podríamos denominar a esta una “ópera folk con
tintes atlánticos”? Brillante directo, sin más. Tierra, primer single del disco, tuvo un efecto mágico en mí cuando
sonó, lo confieso, fue tal la belleza de la interpretación que me vino a la
memoria el olor a la arena de playa, ya lo dice la propia canción: “Ya puedo
sentir tierra seca tras la arena mojada”. Y todo llegó a su fin con De piedra y arena mojada, un show breve,
impresionante y que nos deja la sensación de que Xoel López ha vuelto, no
sabemos cuando volverá a marcharse, pero su música ha vuelto con él y la
necesitábamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario