Frase de grupo


¨Sin música la vida sería un error.¨(Nietzsche)


27 de septiembre de 2011

Amaral han elegido caminar hacia lo salvaje



Esperaba este disco con muchas ganas por múltiples razones y al fin ha llegado. Para ser sincero, tenía puestas en él expectativas bastante altas. Amaral estos últimos años se ha convertido en incondicional dentro del repertorio de versiones de mi grupo de música, teniendo una chica a la voz, y dada la música que nosotros hacemos, esta era una opción segura y su puesto en los ensayos estaba garantizado. El sonido envolvente de las guitarras de Juan Aguirre y la voz de Eva Amaral es una combinación fascinante.
No soy de aquellos que se vieron presos de su música con aquel Pájaros en la cabeza (2005), no, yo llegué a ellos después, Gato negro · Dragón rojo (2008) me voló la cabeza; no niego la genialidad del primero, sin embargo, este lo considero un doble álbum que roza la perfección, con sus temas más acústicos y otros tantos eléctricos. Meses atrás se oían los rumores de nuevo álbum por parte del dúo zaragozano, ambos prometían un sonido donde las guitarras cobrasen más protagonismo (hecho que siempre alegra a un guitarrista) y  su publicación en su propio sello, Antártida. Y así ha sido, y vaya si me han dejado bien contento con el resultado. Este sexto disco de estudio comienza con el tema que lo da nombre, Hacia lo salvaje, coros susurrantes dan inicio a una fusión de guitarras, eléctrica y acústica, con una percusión que lleva el ritmo protagonista a lo largo de la canción. El segundo corte, Antártida, vuelve a confirmar lo prometido, las guitarras se apoderan de la situación en estrofas y estribillo, descarga de energía en sus cuatro minutos de duración. Si las calles pudieran hablar se ha ganado un puesto predilecto para mí dentro del disco, ese aire folk endulzado por la instrumentación acústica del tema ha sabido cómo conquistarme, y la letra recuerda, desde mi modesta opinión, a aquellas bonitas canciones que hablan del atractivo aire misterioso y decadente de ciertos personajes, reales o ficticios. El sonido que tanto les ha caracterizado en su carrera vuelve a palparse en Esperando un resplandor  y Riazor, al igual que en Robin Hood se retoma esa preciosa interpretación acústica que definió e hizo especial ciertos temas de su anterior álbum. El bajo presenta Montaña rusa acompañado de guitarras muy rítmicas marcando el pulso de esta cruda canción que habla de inseguridad y desesperación. Lo que más me ha llamado la atención es la riqueza lírica de Olvido, pudiendo ser recitada  como un bello poema. La novena canción titulada Cuando suba la marea vuelve a tocarme hondo, música, letra y coros engrandecen un tema magnífico, los recuerdos y la frustración le dan forma.  Llegando a los cortes finales del disco nos encontramos de nuevo la rapidez y dureza con Como un martillo en la pared y un Hoy es el principio del final que puede recordar a Revolución (canción incluida en Pájaros en la cabeza), himnos atemporales de la banda; solo el tiempo y los conciertos nos revelará en un futuro si correrá el mismo destino. El cierre está en manos de Van como locos, apuesta acertada, pone el broche un alegato  a la persistencia y la rebeldía.
Sin duda alguna ha cumplido las expectativas, un buen disco que añaden a su envidiable trayectoria musical. Os dejamos el videoclip que ilustra la canción Hacia lo salvaje, realizado por Titán Pozo,  que ha dado a conocer hoy el grupo:





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