Para todo buen amante del pop internacional, no es novedad que Chile actualmente sea uno de los países a la vanguardia en este género. Basta con nombrar al dúo Denver o a la brillante Javiera Mena, artistas que ya han pasado por el continente europeo. Y es justo aquí donde podríamos situar a Francisca Valenzuela.
Es conocida como "La Princesa del Rock Chileno" y en su país goza de un inmejorable prestigio musical. Ahora le toca a España saber qué puede ofrecer la señorita Valenzuela.
Foto de Saúl Díaz |
Siempre ha sido muy espontáneo, empecé a componer desde que era muy chica canciones básicas, sobre la primavera, sobre lo que fuera… Y luego empezó a ser más serio, era algo muy espontáneo siempre escribía, tocaba el piano, componía con la guitarra, así que durante toda la época colegial estuve haciendo eso, participaba en festivales, en concursos y en coros y en todo tipo de cosas artísticas del colegio, y ya la última etapa del colegio con 17-18 años empecé a tocar es una escena más rock, más indie en Santiago con mis canciones, hasta que se convirtió en una carrera más profesional día a día.
Sabemos que a lo largo de tu trayectoria has tenido experiencias muy gratas. Recientemente estuviste en el Festival Vive Latino, el Lollapalooza, e incluso compartiste escenario con U2 en su última gira por Chile, cantando “One Tree Hill” con Bono. Además de haber taloneado a Julieta Venegas en su gira latinoamericana. Pero no siempre ha sido todo tan fácil. ¿Qué tuviste que hacer para darte a conocer al principio? Sobre todo en un ambiente en el que la música de autor no es siempre la más rentable o comercial.
Ha sido un proceso súper independiente de mucho emprendimiento y mucho aprendizaje, principalmente. En el primer disco, nunca había estado en un estudio, no había trabajado con ningún músico, y fue un aprendizaje de… empezar a conocer a los músicos, tocar mucho, en diferentes lugares, hasta que empecé a contratar productores, hicimos el disco con una colaboración muy independiente. Con ese disco fue aprender a ir a los sellos, todos me decían que no. Era todo muy artesanal, iba con mi disco a la radio, investigaba la radio y si me gustaba llevaba un demo con un sobre, se lo dejaba a la persona, me respondían, no me respondían… Era un trabajo de picar piedra día a día. Así, vendiéndose y sabiendo que lo importante de un músico es que tu disco se escuche, así, muy básico, “music businees for dummies”. Y luego ya, empezó a tomar vuelo en Chile y el desarrollo en Chile me permitió tener un éxito relativamente rápido, fue como…estoy vendiendo un disco, estoy tocando muchísimo, estoy aprendiendo, voy profesionalizando paso a paso y ya con eso, fue un trampolín. Yo creo que lo difícil ha sido eso, que no ha sido un aprendizaje de que llegará un sello o manager que me fuera a resolver la vida, no ha sido así , hoy en día no hay una fórmula prescrita de como ser músico, especialmente en un mercado emergente Latinoamericano, porque está cambiando el mercado.
Perfectamente podrías pertenecer a esa nueva ola de “riot girls” o chicas que ahora mismo están destacando en el panorama musical alternativo, es el caso de las mexicanas Ximena Sariñana, Natalia Lafourcade, Julieta Venegas, o tu compatriota Javiera Mena. ¿Te agrada ser parte de este grupo o no te sientes identificada? ¿Qué crees que está pasando para que surjan este movimiento femenino tan interesante en la música?
Si, hay muy pocas mujeres latinoamericanas, sobre todo en los 90 donde podías contar con los dedos de un mano quien había, Andrea Echeverri, Julieta Venegas, Ely Guerra y ya… Y yo creo que si que hay una oleada de artistas jóvenes, mujeres y hombres, bandas y solistas en general en Latinoamérica que están haciendo su proyecto de manera más autóctona, creo que hay una escena súper buena, y como tú mencionas Javiera Mena y Julieta Venegas son referentes en el sentido de que todas hemos forjado nuestra carrera como a cada una le parece bien, con su estilo, con su música, con su autenticidad podíamos decir. Y refiriéndonos al movimiento, yo creo que ha sido algo natural, que simplemente ahora hay más herramientas para difundir lo que uno hace. Y ahora con todas las redes sociales y los blogs, era cosa de tiempo y también creo que ha sido la coincidencia de que ha habido una generación muy activa en comunicarse, en generar contenidos, en hacer música y hacerlo de manera más autónoma.
En España también tenemos a nuestras propias representantes, tales como Anni B Sweet, Zahara o Russian Red. ¿Hay algún artista español del que conozcas o especialmente admires su trabajo?
Yo creo que hay una oleada completa, yo conocí a Russian Red el año pasado, nos tocó hacer promo juntas de hecho, y encontré súper lindo que una chica cantautora tuviera tanto éxito. También El Guincho, DeLorean y bandas como We Are Standard, es súper bueno porque son gente bastante auténtica y eso se agradece mucho. Inclusive en la generación de los noventa con Nacho Vega o Christina Rosenvinge, yo creo que son antecedentes para decir, ojala pudiera formar parte de esa escena iberoamericana de música y proyectos que son interesantes.
Con Buen Soldado observamos dicho contraste, aunque con un toque más maduro. Algunas canciones no solamente hablan del amor sino que también mantienen ese tinte social y de crítica política (Salvador, Los que siempre arrancan) ¿En qué te inspiras para componer los temas de este disco? ¿Es para ti importante dejar un mensaje social en el oyente?
En parte son canciones que surgen de una forma muy espontánea, muy viscerales, muy confesionales. Por ejemplo Quiero verte más es una canción lujuriosa o Qué sería que es una canción súper alegre y personal.
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