Estopa se gana a su público en el Palacio de los Deportes

Foto de David Yanes

Noche fría la del sábado pasado en el Palacio de los Deportes de Madrid. Largas colas y mucha emoción contenida esperando al dúo rumbero, que esta vez nos deslumbraría con la “versión 2.0” ya conocida de su música.

Después de una larga espera de un público impaciente, salen al escenario los hermanos David y José Manuel Muñoz, acompañados de la banda compuesta por sus cinco músicos. El show enseguida calienta la noche. El público respondía gritando y coreando canciones como la sabida Vino Tinto, y otras nuevas incursiones del grupo como La Primavera. Un espectáculo fascinante de luces, flashes y pantallas, a lo grande, que nos desvela que esta vez la calma que propició este cambio, esta reinvención del grupo en el nuevo álbum, fue clave en su proceso creativo. Su composición, basada en su habitual manera de inspirarse con total naturalidad, a partir de guitarras que emanan canciones. Con la mezcla de estos ingredientes, el grupo de la ciudad barcelonesa de Cornellá de Llobregat, redefine sus colores claramente y se enriquece de esta nueva “variedad” de su música, aunque sin desechar la esencia de la rumba, lejos de agotarla o ser repetitivos.

En el set básicamente canciones de último disco como Mañanitas, Me quedaré, Un Rincón de mi mundo, Estación del olvido, Indecisión o no, La Bombillita, La Locura o Alma animal, compartiendo voz con los clásicos como Ya no me acuerdo, Run run, Mi primera cana, Los Chichos, Exiliado en el lavabo o Como Camarón. Una noche trasnochada, en la que hubo desde el rock más cañero hasta la rumba acústica más auténtica, siempre con un público fiel y ferviente que siguió al grupo desde el comienzo hasta el final sin desafinar ninguna cuerda de su entusiasmo. Este buen sabor de boca, nos deja con ganas de seguir teniendo noticia del futuro de este consagrado grupo de la escena española e internacional.